Traje vampiro

Así sea que queramos realzar nuestra imagen frente al jefe, sentirnos dulces en una asamblea suficientemente elegante o tan solo generar atracción en una velada, la finalidad esencial es enaltecer.

Con el propósito de cada situación, se ve implicada siempre la misma pieza: el traje vampiro.

No obstante, tenemos la posibilidad de decir que no existe nada peor a fin de que el efecto «wow» se caiga ante un traje de mala calidad o, peor aún, que no se ajuste a tu cuerpo.

De qué manera seleccionar nuestra chaqueta

- Muesca inversa: tienden a ser mejor unos 9 cm a lo ancho, procura no escoger más estrechos, primordialmente si tienes una aceptable contextura.

- Un ojal en la solapa izquierda: con esto vas a poder colocar una flor o un alfiler de solapa. Lo conveniente sería que esta presilla sea una «milanesa» punteada de forma manual.

- Cierre con dos botones: es el modelo clásico de ojal en la una parte de adelante. Abrocha únicamente el botón superior, jamás el inferior.

- 4 botones ubicadas en las mangas: ni un uno más, ni uno menos. Se trata de la proporción ideal. Lograrás localizar presillas prácticas, que aportan un detalle impresionante.

- Botones de cuero natural: un cuero oscuro es una elección extraordinaria.

- Par de bolsillos bordeados con solapa: esta clase de bolsillo es ideal si únicamente tienes un traje. Los bolsillos de parche son más informales. Un pequeño bolsillo «a fin de billetes» encima del bolsillo derecho puede ser un buen aspecto.

- 2 aberturas: en la parte posterior de la chaqueta una doble abertura. Cerciórate de que se encuentren cerradas en el instante que te halles en reposo. Si no solicita a su sastre que suba la abertura si tiene unas nalgas bastante pronunciadas.

- Un bolsillo en el pecho de lado izquierdo: ¡no veo cómo se logra anexar en otro sitio!

- Hombros rápidos: una chamarra que carezca de estructura – «hombros desajustados»- aporta un traje apacible de emplear, adecuándose a la figura de tu cuerpo, eludiendo esa forma de jugador de fútbol americano.

El corte

Sin duda, es aquí donde la mayor parte de los hombres cometen más fallos. Unos usan la cintura por encima ya que así se sienten más cómodos y no les causa molestia alguna, y otros, al verse en un espejo, piensan que tienen una fachada de veinteañero tan nada más por usar una cintura increíblemente pequeña.

En los dos sentidos, el aspecto conseguida será trivial y hasta ordinaria. Aun siendo así, escoger un traje vampiro no es tan difícil, en especial si he concentras en estos cuatro criterios concretos: las medidas de la chaqueta, su ancho, las solapas, tal como así mismo el cuello y los pantalones (su corte y amplitud).

Es sencillísimo, en el caso de los hombros: el cosido de las hombreras (con material de relleno o sin él), ha de ajustarse a la abertura de los hombros. Con dependencia de la amplitud, la chamarra debe descender en la mitad de los glúteos.

El tejido

Desde luego, nuevamente, es en base a la clase de traje que requieras. Lo más simple y clásico será comenzar con un traje vampiro de algún tipo de lana.

Los bajos del pantalón y la entrepierna

Visualiza bien antes de comprar, percibirás que algunas veces los pantalones son bastante holgados en la parte del trasero y la entrepierna.

De ser de este modo, con el fin de evitar el poco afortunado efecto con el objetivo decaídas, será necesario realizarles un retoque.

Cada ocasión debe tener un traje vampiro distinto

El traje vampiro contemporáneo

Originalmente, el traje moderno solamente era el atuendo del profesional que trabaja. En la actualidad es una indumentaria informal, con el propósito de recibir o viajar. Al fin y al cabo, es el vestido interior del caballero en su día a día.

El estilo

En lo personal creo que es uno de los más importantes puntos a analizar, el estilo va considerablemente ligado al tipo de chaqueta que deseamos emplear. Al referirnos a atuendo prevalecen tres géneros: el género italiano, el género inglés y el género americano.

Retoques

Los trajes padecen múltiples modificaciones, si bien la más importante es la longitud de los pantalones del mismo. Si bien a fin de adaptar lo más bien que se pueda el traje a tu morfología se pueden llevar a cabo muchas otras cosas. Se pueden ajustar también la anchura del cinturón, otras curvas de la chaqueta y la longitud de las mangas en relación a la cabeza y hombros.

Los colores

1. Negro: con la finalidad de las ceremonias religiosas (y ahora los camareros), olvídate del negro.

2. Gris carbón: para todos los acontecimientos, principalmente los más sofisticados.

3. Azul oscuro: igual, con menos formalismo.

4. Gris pizarra: es más informal, sirve con la finalidad de salidas y el trabajo.

5. Azul acero: informal y moderno, con el fin de casi cualquier ocasión.

6. Beige / Azul claro: veraniego, con el objetivo de experimentar, audaz.

7. Verde oliva: en la actualidad toma esa fachada sobria, siendo idónea con el fin de aquellos hombres osados.

8. Marrón: que puede ser bastante bonito, aunque puede envejecer de manera rápida a quien lo lleva.